Señor, enséñame a ser generoso,
a dar sin calcular, a devolver bien por mal,
a servir sin esperar recompensa,
a acercarme al que menos me agrada,
a hacer el bien al que nada pueda retribuirme,
a amar siempre gratuitamente,
a trabajar sin preocuparme del reposo.
Y, al no tener otra cosa que dar,
a donarme en todo y cada vez más
a aquél que necesita de mí,
esperando sólo de ti la recompensa.
O mejor: esperando que tú mismo
seas mi recompensa.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario