Señor, una vez más estoy aquí, delante de
ti, para pedirte profunda convicción, para darme cuenta de que a pesar del caos
que me rodea, los malos sentimientos, de los malos días y del cansancio en
ellos, mi vida esta guiada por ti;
Y que la tierra que me muestras, en
el horizonte de mi mañana, será más bella, siempre protegida por tu
presencia.
Deposito en tus manos mis días, porque se que junto a tu hijo, Jesús, nos
cobijas con tu sabiduría, para vencer la desesperanza.
No nos permitas olvidar, que siempre nos acompañes en los buenos y en los malos momentos juntos para sonreír, para devolvernos la fuerza perdida.
Te doy gracias ya que se que escucharás
esta plegaria y que le darás favorable despacho.
Amen.
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