Padre
nuestro,
que nos observas y proteges desde los cielos, como hijos tuyos, anhelamos
obtener tu recibimiento al final del camino terrenal y pasar la eternidad a tu
lado.
Aquí en la
tierra ayúdanos
a
superar todo lo dañino,
oscuro, indigno y negativo para que podamos acercarnos a ser cada vez más
dignos de tu acogimiento, ayudando a quien lo necesita.
Que
cualquier entidad maligna visible o
invisible, no me tiente ni me haga caer en el pecado, apártala de mi con tu
gracia divina.
Ayúdame
Señor a respetar a
nuestros hermanos y siguiendo siempre tus designios, todos los días y aun mas
éste, recordando, conmemorando y agradeciéndote en este sexto día, la
creación de la tierra y la oportunidad de conocer la vida y el amor que nos irradias.
Por los
siglos de los siglos, Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario