Glorioso
Jesucristo
que en la cruz estuviste,
a ti
dirijo mi penar y mis pecados: lo pasado, lo presente y lo que
esté por venir.
Y preparo
mi corazón
para que
resucite como el tuyo.
Haz
posible Señor, que al mirar la cruz, encontremos tu
presencia en nosotros
y podamos
adquirir la fuerza espiritual
que nos
has demostrado siempre.
Haz
Señor nuestro, que mirando con fe la cruz, podamos ser
capaces de experimentar
el amor
infinito que hay en ti, a
través de tu sufrimiento en ella.
Logra
amado
Jesús, que mirando la cruz,
podamos ver
como nos ayudas a vencer
nuestros propios
sufrimientos, así
como venciste la desesperación y la muerte con el poder de la esperanza
y de tu
gran amor, podamos vencer nuestros temores.
Amén.
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