Dios bendito, Tu que
eres el Padre de todo ser humano, sabes mejor
que nadie el amor tan fuerte,
que se
puede sentir por un hijo, así como también la angustia, que provoca
el verlo sufrir.
Por
ello, solícito humildemente tu ayuda, Padre eterno, para que
protejas a mis hijos,
que cuando
yo no pueda estar a su lado, sientan siempre tu compañía.
Que
si caen, con tu mano sagrada los ayudes a levantarse, que la
sangre derramada por tu hijo Jesús, ciegue a los que pretendan dañarlos
y alejarlos del
camino que lleva hacia ti.
Dios
misericordioso, en
estos
momentos tan difíciles,
en los
que se ha perdido un poco más el respeto, y ha crecido la violencia y la negatividad.
Bríndanos
fortaleza, y
la
sabiduría para saber transmitírsela a
nuestros hijos, rodéalos
de tu
incondicional amor,
y crea
a su alrededor un escudo, que no permita que la oscuridad los
contamine.
Envía
también
a tus ángeles guerreros, para alertarlos cuando se dirijan hacia algún
peligro, y
para
que con el viento de sus alas, los guíen en dirección contraria.
La
solicitud que te hago, Padre mío, no es para que mis hijos vivan en el engaño,
y crean
que solo existe el bien
es para
que con tu ayuda, logre proteger sus cuerpos y espíritus, del mal
excesivo que puedan hacerse ellos mismos, o algún otro ser humano o demonio.
Con
el corazón en la mano te lo pido, y sé que darás favorable despacho a mis ruegos, así como
también sé, que
nada
ni nadie es mas poderoso que tu.
Te
prometo Glorioso Padre,
que no
dudaré de tus designios, que aceptaré sinceramente lo bueno y lo malo
en nuestro camino, que
miraré
hacia el cielo todos los días, aún en las penumbras, Y te
agradeceré por permitirnos a mis hijos y a mi, Disfrutar
de un
día más.
Todo esto te lo pedimos,
en el
nombre de la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén
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