Amados
Padre,
Hijo y Espíritu Santo, que juntos forman el equilibrio total, que poseen
el máximo poder, y
comparten
con todos su incondicional amor.
Me
presento hoy ante ustedes, avergonzado por
mi falta de control, para retirar de mi mente los pensamientos
negativos, que
me
han invadido y se han encarnado en mi.
Pido
su ayuda, iOh
perfecta Trinidad!, para
detener
ésta invasión del maligno,
para eliminar
el rencor e ira,
que me
impiden pensar con claridad.
Intercedan
por mi,
ya que
el materialismo y la carnalidad mundana, han contaminado mi ser y me han tentado,
de tal
manera que he perdido el rumbo, hacia el
sendero bendito del Señor.
Envíenme
por favor su sagrada luz,
para que
logre ver al fin y con claridad, el camino adecuado para mi, alejado
de
rencores, odio, envidia y malos pensamientos que me llevara de vuelta hacia sus
enseñanzas.
Llénenme
de
sabiduría, de amor y razón, sujétenme para que no me hunda más, ofrézcanme
su
mano y ayúdenme
a
resurgir, de
la
penumbra en la que me encuentro.
Otórguenme
su
protección,
llenen mi
alma de
misericordia,
cúbranme con
el manto del perdón, Y equilibren mi mente, cuerpo y alma,
a fin
de continuar con mi vida, según los designios de Dios Padre.
Agradeciendo
la bondad y generosidad, que me han mostrado siempre, y suplicando
un poco mas de ella, me pongo en sus divinas manos, con la
firme fe y confianza de que me brindarán su ayuda.
Comprometido
estoy a reafirmar y continuar, cada día de mi terrenal existencia, guiado
por
la eterna luz que los envuelve
y nunca
mas por la oscuridad del maligno.
Amén.
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