San Miguel
Arcángel, defiéndenos
en la
batalla, Contra
la perversidad
y las
asechanzas del maligno.
Se
nuestro amparo, contra
toda
energía negativa, y
reprime
los malos deseos, de
cualquier
enemigo,
tanto terrenal
como espiritual.
Corta
con tu espada, amado
San
Miguel Arcángel, los
hilos
de la envidia, que
me
unen a mis enemigos.
Al
igual que todo engaño, desorden, oscuridad y limitación, tanto
física
como mental, que
pudiera
interferir en mi progreso.
Se mi
aliado hoy y siempre, en la lucha contra la
negatividad, cúbreme
con
tu sagrado escudo, protector
de
los necesitados.
Aleja
con
el viento de las hermosas alas, que Dios padre te brindó, a los
mal intencionados, que
rondan
a mi alrededor.
Te lo
pido con buena intención, por el amor y la fe que le profeso, a Dios
nuestro señor, y
a ti,
esplendoroso Arcángel Miguel.
Amén.
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