Santísima
Virgen
de Guadalupe, la
mas
tierna y compasiva de las Madres, protectora de la
paz y comprensión, virtuosa
de la
paciencia y determinación.
Dulce
esperanza del afligido,
siempre clemente
y bondadosa con el necesitado,
y siempre
dispuesta a darnos su amor y auxilio, aún conociendo
nuestros pecados.
Tu
que estas íntimamente unida a la luz de la Divinidad, y estas
llena de gracia, caridad y bondad, no te olvides jamás de nosotros.
Acompáñanos
en todos los instantes de nuestra vida, que nosotros te tenemos presente a cada
momento, y
aún
más en éste día, que
dedicamos
completamente a ti.
Piadosa
Madre, te admiramos
con devoción y ternura,
pues tu
imagen irradia siempre,
hermosura,
pureza y humildad.
No
dejes de mandarnos un rayo de luz a nuestras vidas, ni nos prives de sentir tu calor, que nos
hace sentir tu amor, y nos brinda fortaleza para seguir adelante.
Este es el
más grande ejemplo,
del inmenso
poder de nuestro Padre, pues sólo el es capaz de crear a una mujer
Santa, tan
perfecta
y bella como tu.
Continúa
siendo nuestro ejemplo, para criar mejor a nuestros hijos, y heredarles
el mayor tesoro, la
oportunidad
de conocerte, y estar
lo más cerca posible de ti.
Con
cariño te enviamos, nuestros
más
sinceros agradecimientos, por las
bendiciones recibidas día a día, y por las enseñanzas y lecciones
continuas, de
humildad
y generosidad.
Amén.
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