Jesucristo
bendito, confío
plenamente
en ti, en
la
fuerza que me brinda la oración, y el saber que siempre estas
presente, aún
cuando
cometo errores que lastiman tu corazón.
Acudo
preocupado y humilde a ti, pues el Diablo me tienta
constantemente, así
como
intentó tentarte en el desierto de Judea, y no poseo en éste momento fuerzas para rechazarlo.
Te ruego
amado Jesús, me
brindes
un poco de la fuerza de tu Espíritu Santo, para negarme al pecado y salir victorioso de
toda tentación.
Reconozco
que ahora mi voluntad es débil, es por
eso que preciso tu ayuda para fortalecerla, para tener el placer así como también el poder, de bloquear
los malos pensamientos, que el maligno interpone en mi camino.
Las
tentaciones que el Diablo me presenta son siempre muy atractivas, y sin
tu sagrado apoyo no soy capaz de vencerlos, dame por favor Señor de misericordia, la gracia de la oración constante, y la
Fortaleza para que permanezca y aumente mi fe en ti.
Glorioso
Jesucristo, tu
palabra
es viva y eficaz en todo momento y situación, pues tú
has vencido al tentador en toda ocasión, y sólo con mi corazón en ti yo salgo victorioso en contra del mal.
Escucha
por favor mis súplicas, benevolente Jesucristo, y ayúdame
a lograr obtener el derecho a entrar al paraíso, rechazando lo malo y
dañino, hasta
que
mi tiempo aquí llegue a su fin.
Desde
siempre y para siempre estaré profundamente agradecido contigo, por el
gran amor que nos tienes y nos demuestras en todo momento, porque me acompañas
en mi andar terrenal, porque tu espíritu me conduce y fortalece a cada
instante,
y me
brindas las palabras correctas para defenderme de mis enemigos.
Amén
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