Señor
todo Poderoso, hoy me dirijo hacia ti humildemente, para que me despiertes y no permitas
que siga cegado o durmiendo en esta vida.
Despójame
de
esta apatía
Padre mío, que
me somete,
que me
hace vivir la vida de forma rutinaria, que me
impulsa a correr sin freno y sin sentido, que me
hace no ver a los que llevo al lado y me deja insatisfecho, cada tarde, al
terminar el día,
¡Despiértame Señor!.
Estimula
Señor mi mente, de
la mezquindad
pesada, esa que
hemos convertido en el vestido más común y cómodo.
¡Despiértame
Señor! No me
permitas seguir tachando días, sin llenarlos de encuentros, no permitas estar con
personas si no las Amo verdaderamente.
No
permitas
que
haga cosas sin llenarlas de amor y de sentido, no transijas
con que me instale en la anestésica comodidad general.
¡Despierta
mi Conciencia Señor! mantenme
en guardia,
que tu
gente ha de ser gente despierta
porque tú vienes
a dar luz a mi vida,
a dar
un vuelco a mi forma de trabajo,
a impulsar
mi forma justa y solidaria de estar en el mundo.
Ábreme
los
ojos al hermano
y a la naturaleza, y
los oídos a su necesidad,
para saber
poner mis manos y mis pies a su disposición, para facilitarle
el camino de la vida,
para caminar,
crecer, avanzar y, así, salvarnos juntos.
¡Despiértame
Señor! Y a su vez, sáname de cualquier desesperanza:
Que
no vacile mi corazón con lamentos o desencantos.
Que
no me adormezcan las prisas, las dificultades ni los miedos.
Que
no me deje arrastrar por tinieblas, sino que busque siempre tu luz.
Que
ponga en sintonía mi vida con tu vida,
y así
tú y yo,
en armonía, gozaremos de la abundancia y plenitud.
Y,
aunque, yo me adormezca… despierta
mi conciencia, Señor.
Que
así sea, Que así se haga y Así será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario