iOh
Santa Cruz!,
madero hermoso donde murió mi señor, para darme eterna luz y librarme del
contrario, ante ti me humillo, y, reverente imploro a mi Señor
Jesucristo, que
por
los padecimientos que sobre ti recibió en su santísima pasión, me concedas
los bienes espirituales y corporales que me convengan.
Elevada
ante el mundo eres faro luminoso, que congregas a tu alrededor a la cristiana
grey, para entonar
cantos de gloria al Cristo Rey, el Dios hombre que siendo dueño de todo lo
creado, permitió ser crucificado sobre ti, para obtener la redención del género
humano.
Sobre
ti se operó el grandioso misterio de la redención del mundo, desde
entonces,
libre el cristiano del pecado original, puede llamarse hijo de Dios eterno y aspirar a
la gloria celestial,
iBendita seas!,
por los siglos de los siglos.
Fuiste
entre los paganos signo de baldón y afrenta, y hoy
eres emblema del cristiano y la esperanza para ser perdonado, por el
sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda
la eternidad.
Amén.
Santa
Cruz donde
mi Jesús expiró para darnos luz, recibe mi reverencia iOh preciosa y Santa
Cruz!, que el camino
que nos marques en el mundo seguiremos, que a la cruz siempre abrazados con su
signo venceremos.
A tus pies hoy me encuentro mi divino redentor, a rogarte santa paciencia para cargar en el mundo mi cruz, que la Santa Cruz baje y se extienda, y de todo peligro la Santa Cruz nos defienda, iOh Dios omnipotente!, que sufriste en la cruz la muerte para redimirnos del pecado…
iOh Santa
Cruz de
Jesucristo!, se mi verdadera luz, iOh Santa Cruz de
Jesucristo!, ten piedad de mi, iOh Santa Cruz de
Jesucristo!, se mi esperanza, iOh Santa Cruz de
Jesucristo!, aleja de mi toda arma cortante.
iOh Santa Cruz de Jesucristo!, derrama en mi alma el bien, iOh Santa Cruz de Jesucristo!, aleja de mi todo mal, iOh Santa Cruz de Jesucristo!, hazme entrar en el camino de la salvación, iOh Santa Cruz de Jesucristo!, aleja de mi todo temor a la muerte…
iOh Santa Cruz de Jesucristo!, presérvame de todos los accidentes espirituales y corporales, para que pueda adorarte siempre, así como a Jesús Nazareno, a quien imploro para que tenga piedad de mi.
Haz que el espíritu maligno, visible o invisible, huya de mi por los siglos de los siglos, en honor de la preciosa sangre de Jesucristo y de su penosa muerte, en honor de su resurrección y de su encarnación divina, por medio de la cual puede conducirnos a la vida eterna.
Que
así como es cierto que Jesucristo nació en navidad, que ha
sido crucificado el viernes santo, que José y Nicodemo bajaron su cuerpo de
ti, y que
subió después al
cielo, que así
se digne liberarme de los ataques de mis enemigos, visibles e invisibles, desde
hoy y por los siglos de los siglos.
Amén.
Dios todo poderoso, entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín, Jesús mío, por la amargura que sufriste por mi en la Santa Cruz, principalmente cuando tu alma sagrada se separó de tu cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de este mundo.
¡Oh Jesús!, concédeme el valor de soportar mi cruz a imitación tuya, enséñame a llevar con paciencia todos mis sufrimientos, y que mi temor a ellos se convierta en virtud, que la omnipotencia del Padre se digne cubrirme con la sabiduría del Espíritu Santo, dígnate conducirme y recibir mi alma en la vida eterna.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario