Bendito
redentor, origen de nuestra fuerza espiritual, te suplicamos
desde lo profundo de nuestro corazón, que no permitas que se extinga ni disminuya
la hermosa luz, que produce la fe dentro de nosotros.
Bríndanos
una
vez mas tu compasión, y aumenta la fe que existe en nosotros,
fortalece nuestras creencias, valores y virtudes, para que
el maligno no sea capaz de engañarnos o envolvernos en sus tinieblas.
Ayúdanos para que al crecer la fe en nuestro interior, dejen de consumirnos los disgustos y envidias, que no sigamos permitiendo que nuestras preocupaciones en lo negativo que podría suceder nos consuma.
Haznos
ricos en el precioso don de la fe, pues con ello seremos capaces de soportar y
superar cualquier dolor y contratiempo, ya que sin esta hermosa gracia nuestra
desventura no tendría límites.
Consérvanos fuertes y fieles a ti, para que podamos construir juntos una unidad de amor, respeto, humildad y fuerza, y vivamos confortados con tu compañía, además de vivir por ti y en ti por toda la eternidad.
Que
así sea, Así se haga y Así será.
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