Me
postro Señor ante tu presencia santa, glorificándote,
adorándote e inclinándome a tus pies, y reconociéndote como mi luz y mi
salvador, a
decirte
que te amo y en tus manos me abandono.
Divino
Padre, tengo plena confianza en ti, pues se que nunca estoy solo, porque
siento
tu amor y presencia en todo momento, así como tu mano que toma la mía, para levantarme
después de un tropiezo.
Sin
ti mi ser está vacío, pues no soy nada ni poseo nada,
si no
me brindas tú, y
al
cubrirme de tus santas bendiciones, me das la fuerza, vitalidad y poder, para lograr
realizar cualquier cosa, así
como
también obtener todo lo que me proponga.
Permíteme continuar avanzando hacia ti, alejando de mi las tentaciones de este mundo terrenal, donde el maligno intenta convencernos de renunciar a ti, engañándonos con falsas promesas y avaricia.
Bríndame Dios amado y misericordioso, sabiduría para tomar las decisiones correctas, y no me convierta en mi propio enemigo, sumergiéndome en las penumbras de mis errores.
Haz
que ante todo, tu amor prevalezca en mi corazón, y lo
contagie a mis seres amados, para que sus vidas se llenen con buenos
propósitos de fe y paz interior, para que lleguen un día, al
igual que yo, hasta ti.
Ven a
mi y ayúdame a calmar mi sed de espiritualidad, siembra en mi tus dones, y deja
que crezcan para cubrirme por completo, para ser un ejemplo para mis semejantes, del
grandioso poder de tu palabra.
Permite
que mis sentimientos se fundan con los tuyos, dirige mi pensamiento y voluntad
hacia el bien, y
bloquéalos de
todo el mal, pues
sin
tu asistencia mi andar sería oscuro y sin sentido.
A tu lado se que nada temeré, que siempre tendré luz y paz, y que aunque sufra jamás estaré en agonía, por tu infinita misericordia a nosotros.
Amén.
Gracias Roberto muy buena oración
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