Hoy
quiero invitarlos a mi vida, San Rafael, San Miguel y San Gabriel, para que
luchen a mi lado las batallas que atravieso, y destierren
al maligno de todo lugar donde se presente, para que pueda seguir mi camino sin
que él se interponga.
Logren benditos arcángeles, que en mi trabajo, mi negocio, mi economía, mi salud, mi ámbito familiar y espiritual, esté balanceado y no carezca de ninguno de ellos, y así alcance la estabilidad que tanto ansío.
Divinos arcángeles, desalojen de mi casa, mi negocio, mi trabajo, mi cuerpo y mi alma, al diablo y sus demonios, creando a mi alrededor una cadena protectora con su poder y el de los sagrados ángeles.
Les
pido que también me ayuden a romper todo maleficio, trabajo de brujería o
maligno, aunque
éste
sea muy fuerte o provenga de generaciones pasadas, pues confío
en que nada es más fuerte que el poder entregado a ustedes por el creador.
Retiren
de mi lado a las personas cuyo corazón esté infestado por la envidia, la furia,
el rencor y los sentimientos negativos que el maligno provoca, y sanen
a los que a mi alrededor aún luchan contra lo malo, para que juntos seamos más
fuertes y nos apoyemos mutuamente.
Permitan que disfrute de la magnífica creación, al lado de mis seres queridos, así como de cada una de las oportunidades y bendiciones, que se nos otorgan sin límites ni condiciones, combatiendo junto a mi e iluminándome cuando la oscuridad me intente cegar.
Me comprometo a luchar y apartarme de toda influencia y dependencia negativa, que interfiera con cualquier área de mi vida y límite mi avance, aunque éstas me causen un falso bienestar y placer.
Así mismo
me comprometo, a
que
jamás será quebrantada mi fe en ustedes, así como ustedes jamás me han
abandonado, santísimos
Rafael,
Miguel y Gabriel, se
los
prometo de corazón y con la mayor fuerza espiritual dentro de mi.
Que así sea, así se haga y así será.
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