Dios
bendito, abro mi corazón y desnudo mi alma ante ti, pues aunque se que conoces
todas mis Buenas y malas acciones, ahora por fin las logro reconocerlas yo
mismo, y
me
arrepiento sinceramente de mis equivocaciones.
Padre
santo, acógeme entre tus brazos,
y ayúdame
a encontrar la purificación y sanación de mi conciencia, para poder
al fin estar en paz contigo y conmigo mismo, permite que mi vida sea como esta
flor, que
surgió de la
tierra abriéndose paso por ella misma, creciendo majestuosa y siguiendo
adelante a pesar de las inclemencias.
Permíteme
equilibrar
mis errores, teniendo
más
aciertos, respetando, ayudando y comprendiendo incluso a mis enemigos,
dame
la oportunidad de sentir el perdón y la serenidad dentro de mi, a pesar
de las circunstancias, así como tu lo haces.
Dios misericordioso, también quiero agradecerte, por todas las oportunidades y bendiciones que nos brindas a diario, por tu amor incondicional, tu gran sabiduría e infinita misericordia.
Gracias
Señor, por brindarme la fuerza y decisión, para reconocer que me he equivocado, que mi
ego no me permitía darme cuenta
del
dolor y sufrimiento que era capaz de causar, por tu
hermosa creación que es la tierra y todo lo contenido en ella, y
sobre todo, por el hermoso regalo de la vida.
Que así sea, así se haga y así será.
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