Dios,
tu que nos brindas incondicional amor a cada día, te pedimos que siembres
una nueva semilla de él en nuestro interior, pues hemos
descuidado y secado la que nos habías obsequiado, por nuestros
prejuicios y miedos, con o sin fundamento.
Te
rogamos que introduzcas en nosotros un rayo de tu hermosa luz de
esperanza, pues
aunque
nos negamos a creer en el amor para protegernos de sufrir, nos encontramos
vacíos
e
incompletos sin él.
Enciende de nuevo la chispa de la alegría, la ternura y la pasión, que desencadena el amor de pareja, para que una vez más podamos estar completos, y permítenos enmendar el grandísimo error de habernos negado al amor.
Te lo
rogamos Señor, retiranos
los
malos pensamientos y todo sentimiento y energía negativa, y transfórmalo
en seguridad, bienestar, armonía y estabilidad, física, mental y espiritual.
Te lo pedimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
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