Padre
Mío! Hoy acudo a ti con humildad y respeto, para darte las gracias por las
bendiciones que me das día a día, así mismo te pido que me ilumines y me des
equilibrio en mi ser para manejar mis emociones y así poder alejar las
preocupaciones que en este momento me aquejan.
Cúbreme
con tu divina asistencia para que adquiera sabiduría para entender cuales son
las cosas que puedo cambiar y las que no, y así poder ocuparme y no
preocuparme.
Oh
Padre Santísimo, abrázame amorosamente
para sentirme seguro y tranquilo, esto, me dará fortaleza, decisión,
confianza, seguridad y paz.
Manda
a tu ejército de Ángeles y Arcángeles para que hagan un escudo protector
alrededor de mi ser, y así, al sentir su compañía, se alejará de mi toda
preocupación.
No
permitas que caiga en las provocaciones del maligno, pues se que el goza al
verme sufrir, y yo confío en ti Padre mío, porque se que nunca abandonarías a
un hijo tuyo.
Padre
Mío! Aleja hoy y siempre estas preocupaciones que solo me atormentan y no me
ayudan en nada, postra en mi mente solo cosas positivas, reposando mi cabeza en tu hombro, como lo
hace un Padre con su hijo desesperado.
Estoy
en Paz, pues se que darás favorable despacho a esta plegaria que con Amor te
hice y por que se que tu eres el todo misericordioso.
Por
los siglos de los siglos…
Amén.
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