En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu santo, amén.
Señor,
escúchame y úngeme con tu espíritu divino, enciende mi corazón con el
fuego de tu amor, inunda
mi
ser con tu presencia majestuosa, atiende por favor la llamada de mi alma y perdona
todas mis ofensas.
Purifícame
y cúrame de todos los resentimientos, que contraje y arrastro en mi
ignorancia, perdona
Padre
todos
mis
desdeños, y
cuando
he pecado sin arrepentirme de ello, obséquiame por clemencia, el divino regalo de tu
perdón.
Ayúdame
a perdonar a quienes me han ofendido, para así no guardar más resentimiento, y pueda
sanar mi mente y mi alma, y con tu candor, también mantenga sano el
cuerpo físico, con el que transito en éste valle terrenal.
Cura
bendito Señor, cada
una
de las heridas de mi mente, cuerpo y alma, que por rencores y negligencias mías no
he logrado sanar, y
que
al contrario, se han hecho más profundas.
Lléname
de paz divino creador, satura mi ser con tu luz divina, para que
pueda derribar los muros de la ignorancia y falta de fe, que me
han provocado el desequilibrio de mi persona.
Sáname
en todo sentido, grandioso y misericordioso Padre, y dame la oportunidad de
ayudar a mis
semejantes, y
reconocer
los engaños de quienes se aprovechan de la desgracia ajena, para obtener
beneficios sin esforzarse.
Cúbreme
con tu sagrado manto Dios santísimo, envuelve mis penas con tus brazos divinos, y
guíame para
lograr la estabilidad de mi mente cuerpo y alma, que tanto
necesito para darle el merecido valor a la vida, que con
tanto amor y confianza me brindaste.
Te lo pido con gran respeto y
admiración.
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
Amén.
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