Niño
cieguito, niño cieguito ¡mi andarieguito! hoy te visito y te necesito, para (se
hace la petición).
Yo te suplico que no me dejes solito, hazme la buena, vale la pena, mira esta pena que me condena, y aléjala de mi escena.
Niño
cieguito, niño cieguito ¡mi andarieguito!, se mi angelito, pues juro
por tu madre santísima, que no es
una de tantas,
que en
verdad me he esforzado sin tener resultados, mas confío en que tu me des el milagro.
¡Oh
Niño Santo! Hoy
vengo
hasta tu altar, que
el
cielo ha de representar, pues necesito consuelo que calme mi pesar, ya
que en mi desaliento no se donde encontrar paz, por eso busco hambriento aquí en tu faz.
Que
cambien mi abrojos en paz y en amor, que dos luceros sean tus ojos y ellos
miren mi dolor, no importa
que se muestren sin luz ni claridad, si haces que me ofrezcan consuelo y
santidad, me
atrevo
avergonzado a pedirte en mi aflicción, que borre mi pecado tu santa bendición.
Te
pido hermoso niño, para
el
enfermo su salud,
que no
pueda el infierno robarnos la quietud, que abandone el mal camino con tu gracia
celestial, y
me
lleve a mi destino tu milagro matinal, (Se hace de nuevo la petición).
¡Adiós Niño Cieguito!, te he expresado mi pesar, lleno de tristezas que necesito sanar, concédeme la gloria de por fin de esto superar, pues aunque el maligno me confunda, en ti siempre he de confiar.
Te
doy gracias por escuchar mis palabras, y en mi corazón estarás cada semana, hoy te
agradezco además tus favores, pues siempre confío a ti mis temores.
Amén.
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