Dios,
Señor de infinitas bendiciones y Padre celestial, estamos aquí reunidos para
celebrar con regocijo en ésta noche buena, el mejor
regalo que haz podido darnos en nuestra travesía por la vida, gracias Santo
Padre por nuestra Salvación a través de tu Hijo Jesús.
Gracias
Dios de divina iluminación, por la enseñanza del amor
incondicional, y
por
haber enviado a tu hijo a nacer éste día, para mostrarnos lo grandioso del perdón, del
compartir y la unidad familiar.
Padre benevolente, si no fuese por esa muestra de desprendimiento tuya, nuestra vida estaría destinada a una eternidad sin ti, y nos reinarían el caos, la oscuridad y la tentación, por ello te damos gracias.
Nos dirigimos también hoy a ti, familiares y amigos a darte gracias mi Dios, por tu gran sacrificio y el de tu hijo enviándolo a morir en nuestro lugar, para asegurarnos otra oportunidad de trascender.
Hoy
conmemoramos tan generoso don, compartiendo nuestros alimentos como lo hizo
Jesucristo, pues
ya
sea mucho o poco, siempre habremos de compartir tus bendiciones con
nuestros semejantes.
Nos reunimos también para dar testimonio de ti, de tu amor y cobijo, sobre el ser de cada uno de nosotros, recordando que siempre habrá una luz enviada por ti, en diversas y desconocidas formas, para guiarnos por el camino del bien.
Te damos gracias y te pedimos que sigas teniendo fe en nosotros, pues nuestra fe en ti será eterna e inquebrantable, y habitará en nuestros corazones, con la ilusión de estar a tu lado, cuando tu bendita mano lo disponga.
Gracias
Señor, en el nombre de la Santísima Trinidad, El padre, El Hijo y el Espíritu
Santo.
Amén.
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