Esta
oración
se reza una vez todos los días, a partir del 12 de diciembre, y hasta el día 31
que termina el mes, para lograr resolver una o varias situaciones imposibles
para nosotros.
¡Oh
María!, Virgen soberana y gloria de los justos,
hija humildísima
del Padre,
madre purísima
del Hijo
y esposa
amadísima del Espíritu Santo.
Te
ofrezco
mi amor entero y todo mi ser
para que
lo dirijas y lo bendigas,
para que
lo purifiques y lo colmes de prosperidad, y transmutes lo negativo que en mi se
encuentra.
María
llena
de bondad y clemencia, me acerco a ti y me atrevo a
invocarte en estas horas de amargura y carencia, para implorar
tus favores, y
para que
con la culminación de éste año, terminen también mis malas experiencias.
Madre admirable y de la divina gracia, verdadero consuelo del que llora, abogada dulcísima y constante de los pecadores ante Dios, ten piedad de todos aquellos a quienes amo y alcánzanos el perdón del Espíritu Santo.
Haz
posible
que obtenga lo que tanto me hace falta, lo que con todo el fervor del alma te pido,
por los
merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Santísima Trinidad
y bien
de nuestra alma.
Acudo
a ti
como poderosa intercesora
para pedirte
por esta muy difícil necesidad, por los problemas imposibles de resolver que ahora
hay en mi vida, que tanta
desesperación me causan,
y que
me resultan inalcanzables las soluciones por mis débiles medios.
Ayúdame
a...
(hacemos las peticiones para el próximo año).
Consiente estoy de que lo que te pido es casi imposible de conseguir, pero confiado
estoy de que en tu mano esta el concedérmela y de
este modo pueda yo ver resueltas las dificultades, preocupaciones y dolor
que me
provocan éstas situaciones angustiosas.
¡Virgen
Santa!, noble reina de los ángeles, no me abandones, pues yo también soy tu
hijo, y bríndame los medios para llegar al altísimo, te imploro
por mis presentes peticiones para recibir urgente auxilio.
Dulce
María,
madre amada mía, haz
que
al terminar éste año, todo lo que te pido en ésta oración
comience a cumplirse, y se acomoden los eventos, oportunidades y
personas, para
que
pueda lograr alcanzar mis fervientes deseos.
Que
con cada día del nuevo año que comenzará, mi corazón se libere cada vez más de la
negatividad, oscuridad, maldad y tentaciones, que me impiden tomar las decisiones
correctas.
Líbrame de los enemigos de mi alma, de los males terrenales y espirituales que me acechan en la vida, a ti sean mis afectos de gratitud y devoción, a partir de hoy y para siempre, Santa María, Señora bendita ruega por todos nosotros ante Dios nuestro señor.
Amén
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