San
Charbel,
santo poderoso ante los problemas, venerado y querido por nosotros tus eternos
fieles, tú
que
pasaste tu vida en la soledad, en una ermita humilde y retirada, y no
pensaste ni necesitaste de los goces y tentaciones del mundo terrenal.
Amado San Charbel, que ahora estás sentado a la diestra de Dios Padre, te rogamos que intercedas por nosotros para que el glorioso Señor, nos extienda su bendita mano y nos socorra, para que nuestra salud física, mental y espiritual, esté en óptimas condiciones para salir adelante en todo lo demás.
Bendito San Charbel, que no consideras castigar con la muerte, sino que brindas sabiduría, arrepentimiento, opciones y mejoría en la vida, por favor perdona nuestros desconsuelos, olvidos y fallas, dándonos la fortaleza y salud necesarias para continuar con tu ejemplo.
Que
si en nuestro cuerpo hay enfermedad, en nuestro camino encontremos al medico y
tratamiento adecuados para superarla, así como tu bendición si la medicina no fuera
suficiente, para que Dios Padre nos brinde otra oportunidad.
Ilumina nuestra mente, aumenta nuestra fe y fortifica nuestra voluntad, para continuar nuestras oraciones y súplicas ante ti, y todos los santos, ángeles, arcángeles y guerreros de Dios.
¡Oh
San Charbel!, que haces posibles los milagros, que realizas
prodigios sobrenaturales y curas a los enfermos, sana nuestro
ser desde lo mas profundo de nuestra alma, hasta la piel con la que nuestro Padre nos
bendijo.
Devuélvenos
la
razón a los perturbados, la vista a los ciegos, el habla a los
mudos, el
oído
a los sordos, el movimiento a los paralíticos, míranos con piedad y
otórganos la gracia de la salud que humildemente te imploramos, y ayúdanos
a seguir tus designios para merecerla.
Pedimos
tu intercesión en todo momento y con toda la confianza, de que
nos permitirás vivir una vida, sana, larga, plena y feliz, y estarás
a nuestro lado sobre todo a la hora de nuestra muerte, y antes
de presentarnos ante Dios nuestro Señor.
Amén.
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