Oh
glorioso san Benito, modelo sublime de todas las virtudes, Santo
puro
de la gracia de Dios, y protector de los más débiles, te saludo
con amor agradecido por tus bendiciones, y eterna presencia que aleja el mal de
nosotros.
Estoy
aquí humildemente postrado ante ti, Implorando que tu corazón lleno de
amor, te permita
interceder por nosotros ante el trono divino de Dios, para protegerme
a mi y a mis seres queridos, de los espíritus, demonios y entidades
malignas, que
pretendan
asustarnos, dañarnos o contaminar nuestro cuerpo, mente y alma.
A
ti
recurro siempre en la presencia e insinuaciones del maligno, y ante
todos los peligros que a diario me rodean, para solicitar tu bendita protección, contra
las
tentaciones y entidades en todas sus formas, que pretenden
alejarnos del camino del bien.
Líbranos
de todas las vanidades del mundo, sé nuestro escudo contra la envidia, los
malos deseos, el egoísmo y las distintas formas de mal, que provienen
de aquellos que están alejados de Dios, y retira a todo ser que en su interior
guarde el mal.
Que tu bendición esté siempre con nosotros, de modo que podamos huir de todo lo que no es agradable a Dios, para evitar así las situaciones que nos guíen hacia el error, el deseo, la tentación y la preferencia por lo cercano al diablo o los influidos por él.
Humilde San Benito, dulcemente te pido que nos consigas de Dios, los favores y gracias que tanto necesitamos, y que te expresamos en ésta oración, pues no nos sentimos capaces de alejarlos y luchar solos contra ellos.
Que tu corazón siempre tan lleno de amor, compasión y misericordia, nos guíe con sus benditos latidos, y nos alerte de la presencia del mal, que tu luz divina aleje toda entidad negativa, y nos permita ver y reconocer, cuando debemos retirarnos de algo o de alguien, para no sucumbir y ser atacados por ellos, visibles o invisibles, terrenales o espirituales.
Confío
plenamente
en ti, poderoso
y misericordioso san Benito, y en que nunca has dejado
sin
consuelo y asistencia a quienes recurrimos a ti, por ello te agradezco tu poderosa
intercesión, confiado en que escuchas nuestra oración, y continuarás
a nuestro lado siempre, evitando que el maligno, sus adoradores y
súbditos, lleguen
a
nosotros, nos inquieten o dañen en cualquier sentido.
Gracias,
gracias, gracias amado San Benito, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos.
Amén.
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