Majestuoso
Espíritu Santo, que
lleno
de dones te encuentras, envíame tu milagrosa luz desde los cielos, para
hacer resplandecer mi alma.
Ven
a mí, adorado Espíritu Santo, otórgame el descanso necesario en momentos de
esfuerzo, para
que
logre ver claramente las oportunidades
frente
a mi, y no
decaiga creyendo que se han agotado.
Extingue
las llamas de la tentación y duda, que producen la falsa luz que me
guía hacia el maligno, y crean ilusiones que me inducen a tomar
decisiones equivocadas.
Esparce
sobre mi tus dones, Santísimo espíritu de bondad, y
alcánzame la
adecuada recompensa por cada esfuerzo realizado, para que
mi voluntad no decaiga ante la adversidad.
Ilumina
mi interior haciendo brillar tu luz en mi corazón, y disipa
las tinieblas que lo contaminan y oscurecen, pues la
única luz que deseo seguir en mi andanza terrenal, es la
que tu emanas bendito Espíritu Santo.
Permite
que resplandezca en todo momento, tu luz de justicia, levantando siempre mi
ánimo y percepción, para luchar contra los enemigos frente a mi, así como
también, contra los que mis ojos no pueden ver.
Perdona
mis
envidias y malas acciones, pues estoy decidido a caminar por el sendero
del bien, por
ello
necesito tu generosa y misericordiosa ayuda, pues sé
que tu gloriosa y sagrada luz puede lograr brindarme, la bendición
de obtener las gracias que en ésta oración te solicito.
Creo
firmemente que eres y siempre serás nuestro defensor contra las
tinieblas, por
ello
estoy ahora tranquilo y seguro, esperando paciente tu favorable
respuesta, y
continuare
esforzándome para ser digno de tu iluminación.
Amén.
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