Amado
Dios, en esta oración te abro las puertas de mi hogar, para que
lo conviertas en el tuyo, y habites en él junto a mi.
Pongo
en tus manos la humilde morada, que me has concedido para habitar, para que la liberes de todo mal, y la
colmes de bendiciones y abundancia.
Te
pido que además bendito Señor, al entrar en éste hogar donde has sido
siempre bienvenido, te lleves toda angustia, ira y
tristeza, que
la
oscuridad sea reemplazada por el cálido destello de tu intensa luz, y que
en adelante solo reinen la comprensión, la salud y la prosperidad.
Padre
celestial, hoy te
abro las puertas de mi hogar, para que además de habitarlo, lo bendigas
con tu infinita misericordia y bondad, y hagas de ésta humilde morada, un lugar
protegido contra todo daño y maldad.
Dios
infinitamente generoso, te lo pido pues preciso de un lugar donde
sentirme seguro, y
al
contar con tu protección en éste hogar, ya de nada habré de temer, y seré
ahora capaz de seguir tus designios sin interrupciones.
También
te
pido Señor, por
el
bienestar de los que me acompañan en esta morada, guíanos
por
caminos de buena ventura cada vez que salgamos, en el
exterior protégenos de los asedios y amenazas del maligno, y permítenos
regresar al hogar sanos y salvos.
Gloriosísimo
Señor, mi ser
se deleita de saber que reinas y moras en mi hogar, porque
haces
que cualquiera que se acerque a ti, con humildad,
respeto y fe, siempre
encuentre
respuesta a sus suplicas.
Con
mi
corazón lleno de gratitud por tus constantes bendiciones, y porque
sé que has escuchado las necesidades de tu humilde siervo, te doy
las gracias padre celestial, confiado en que tu manto de bendición y
amor, cubrirá
mi
hogar y a mi familia en todo momento.
Amén.
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