Glorioso
san Francisco de Asís, a ti que al morir nos dejaste un legado de inmensa
bondad, hacia
el
necesitado, el débil y el desamparado, así como a toda criatura del reino
animal, recurrimos hoy con humildad a solicitar tu asistencia.
Bendito
San Francisco, que
con
gran virtud amaste y sigues amando a todo ser vivo, y nos
brindas incansablemente tu cariño, protección, paz y auxilio, te solicitamos
hoy tus gracias para (decimos el nombre o nombres de nuestras mascotas), que además
de ser mi mascota es parte de mi familia.
Amado
San
Francisco de Asís, hermoso
ejemplo
de humildad, gloria y poder divino, confiamos firmemente en tu bendito corazón, lleno
de ganas por cuidar a los más tiernos e indefensos seres contra el mal, para que
los acompañes a cada momento, y no permitas que los lastimen en ningún
sentido.
Te
rogamos que seas nuestro embajador ante el Señor, y con
tu habitual bondad le supliques por los hermosos animalitos a nuestro
cargo, que
al
igual que nosotros, requieren
del
socorro de tu prodigiosa ayuda.
San
Francisco
de Asís,
santo,
lleno de virtudes y gracias celestiales, que desde el cielo nos ayudas con generosidad, enviando
bendiciones
a todo aquel que se acerca a ti, te rogamos
que seas el guardián y protector de (decimos el nombre o nombres de nuestras
mascotas).
Generoso
San Francisco, nadie
mejor
que tú conoce la pureza, bondad y amor de su interior, y por
ello no merecen ser dañados,
agredidos,
abandonados o mal cuidados, pues al igual que nosotros son merecedores de
respeto, paciencia, educación y amor.
Ilumina
también milagroso santo, nuestra mente, vista y percepción, para que
no pasemos por alto, ya sea por nuestras ocupaciones, exceso de
confianza o falta de concentración, ninguna situación que pudiera afectarlas o
perjudicarlas.
Permite
que el gran amor que le tenemos a (decimos el nombre de nuestra o nuestras
mascotas), se
convierta
en astucia y pronta reacción, para que seamos capaces de salvarla de peligros y
enfermedades de todo tipo, tanto terrenales como espirituales.
Te
lo pedimos grandioso San Francisco, plenamente consientes de nuestra responsabilidad, aunque
es
tanto nuestro amor por ellas, que deseamos protegerlas de cualquier
sufrimiento, y
sólo
con tu asistencia podrá ser posible.
Permite
también
que nuestras mascotas sientan el infinito cariño que les tenemos, y guíanos
para hacerlos igualmente felices, como ellos logran hacernos a nosotros, con su
compañía, fidelidad, amor y confianza.
Gracias,
gracias, gracias sinceras, por escucharme y hacer posible mi petición,
pues sé que jamás abandonarás a los hermosos animales, que Dios
creo y nos permitió acoger en nuestro hogar, para ser
nuestra compañía en ésta travesía terrenal.
Amén.
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