Poderoso
Arcángel Miguel, guerrero de la luz divina, protégeme diariamente de
todo mal, rodéame con tu rayo azul, y aleja las energías negativas y
pensamientos de maldad dirigidos hacia mí.
Que
tu espada corte las malas vibraciones, tu armadura cubra mi ser, y
que los seres oscuros se retiren ante tu poderosa protección.
Concédeme
ser
portador de iluminación y valor en equilibrio, retira de mis ojos los
velos de la ignorancia, hazme merecedor de tu conocimiento, y permite
que tu luz poderosa me proteja en todo momento.
Así
sea.
Hermoso
arcángel Jofiel, portador en todo momento de la santa
sabiduría, permíteme recibir tu iluminación en cada uno de mis
actos, para acceder a las ventanas del conocimiento en el mundo astral y
material.
Que
tu
luminoso rayo amarillo me rodee y abra mi conciencia, a conocerme a mi
mismo y aprender de los demás.
Abre
también mi entendimiento para que mi mente se expanda, sin que la
sabiduría abandone mi corazón y humildad, y protégeme siempre de la
vanidad y prepotencia.
Así
sea.
Amoroso
Arcángel Chamuel, portador
y transmisor del amor puro, abre mi corazón a todo y a todos los que
buscamos el bien, para que se manifieste su presencia en nuestras
vidas.
Permite
que no sea ajeno a mis semejantes, ni a los animales, ni a la naturaleza en
general, para que mi vida sea influenciada por ellos, y no por el mal en
ninguna de sus facetas.
Que
tu rayo rosado se expanda por todo mi ser, para que esté siempre protegido
por su candor, y para sembrar como tú el amor en todo aquello que
toque, en todo aquello que piense y en todo aquello que sienta.
Así
sea.
Divino
Arcángel
Gabriel, mensajero de los preceptos divinos, te ruego me concedas
inspiración, para encontrar la belleza en todas las etapas de la vida.
Que
sean como los ciclos de la luna, distintos, un tanto oscuros, pero al
final siempre hermosos, y aumenta mi intuición para elegir el sendero
correcto.
Que
tu rayo blanco me ilumine para ser portador de luz, que mi presencia ante
los demás sea grata, mis palabras siempre amorosas, y mis sentimientos estén en
todo momento, lejos de la envidia, la duda y el rencor.
Abre
mis ojos, mi mente y mis oídos, ante la manifestación de la grandeza de la
divinidad, y protégeme de la intromisión del maligno.
Así
sea.
Milagroso
Arcángel
Rafael, que tu omnipotente rayo verde recorra mi mente, para producir
pensamientos positivos e ideas orientadas al bien, y que sane en mi
interior, todo aquello que el mal haya infectado.
Cubre
mi cuerpo con tu pureza, para mantenerlo en plenitud y buen
funcionamiento, y cubre también mi espíritu, para que esté siempre
firme en mi fe.
Si
he de enfrentar la enfermedad mía o de algún ser querido, te pido
intervengas y nos protejas con tu divina energía de sanación, para que
ésta sea débil y pasajera, y podamos recuperarnos pronto para continuar
con tus designios.
Así
sea.
Bendito
Arcángel Zadquiel, portador
ejemplar del rayo violeta, te pido con humildad que transmutes en mi vida
todo lo negativo, para que mi ser encuentre el camino al despertar
espiritual.
Ilumíname
para
que mi alma se sienta liberada de cargas innecesarias, y para que mis
pensamientos y sentimientos sean profundos y conscientes, en todo momento,
lugar y situación.
Que
tu
flama violeta me transforme en un mejor ser humano cada día, y su
protección derrote todo el mal emitido por mis semejantes y por los espíritus
malignos y demonios que nos acechan siempre.
Así
sea.
Misericordioso
Arcángel Uriel, mensajero de la paz y el equilibrio, y custodio de
los templos de Dios, te pido que me brindes tus cualidades, para
lograr formar parte del plan divino.
Ayúdame
a comprender y aceptar, los sucesos trágicos y desagradables, así como
también a entender, que debemos pasar tragos amargos para crecer y
trascender, además de luchar siempre por nuestros deseos, y no
quedarnos sentados sólo a ver y esperar que la vida pase.
Te
pido también abundancia, prosperidad y crecimiento, para mí y todos los
que confiamos en el señor y sus 7 arcángeles, para que triunfe nuestra
alma sobre el mal y las penumbras, con la ayuda de tu protección divina.
Así
sea.
Se
los ruego sinceramente por mi gran fidelidad a Dios nuestro Señor, a sus
grandiosos poderes, y a ustedes, sus milagrosos guerreros alados,
portadores de sus designios y santidades.
Amén.
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