Glorioso
Señor de la misericordia infinita, a ti que eres la verdad y la vida
eterna, te
suplicamos
mediante esta oración, nos cubras de ella y de tu inmensa
divinidad.
Oh¡
dulce Señor, cólmanos de tu piedad, perdona una vez más nuestros pecados, permite
que
logremos comprender y superar nuestros errores, para así
no cometerlos de nuevo y trascender.
Otórganos el acceso a tu fuente de misericordia, de dónde brota la gracia eterna, y danos la voluntad para superar toda preocupación y angustia, para evitar los daños que causa estar obsesionado, sobre lo que pueda o no suceder en el futuro.
Te
permitimos que de ahora en adelante actúes con libertad, y dirijas
nuestros caminos a ti, pues
nos
abandonamos en tus manos con plena confianza, en que
nos guiarás para no estropear tus planes al querer imponer los nuestros.
Bendito
Señor de misericordia, no olvides abrir también en nuestros
senderos, oportunidades
dignas
de trabajo, en
las
que sea remunerado justamente nuestro esfuerzo y dedicación,
para que
nuestra economía sea estable, y podamos satisfacer nuestras
necesidades, así
como
las de quienes dependen de nosotros.
Aleja de nuestra vida la avaricia, la posesividad y la envidia, y que tu omnipotencia borre, perdone y sane en nuestra alma, las grandes heridas por las decisiones erradas, que nos hacen desviar la mirada hacia el mal, y nos infunden tentación al falso bienestar.
Humildemente
te lo pedimos y rogamos por tu asistencia, agradecidos por
tu divina misericordia e interminable paciencia, a nuestra
necedad y debilidades, esperando pacientes por tus maravillosos
milagros.
Amén.
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