Padre
amado, en
el
silencio de ésta
madrugada busco tu presencia, pues el miedo se apodera de mí al despertar a
esta hora, con
la
sensación de que el maligno me acecha.
Defiéndeme
en la
batalla y terrible combate, que debo librar en las penumbras de la noche,
contra las potestades y principados oscuros, que rondan cuando duermo indefenso.
No
permitas
que los dominadores del mundo tenebroso, me dañen o tomen mi energía a las 3 de la
madrugada, ni
a
ninguna hora del día, pues mi fe y confianza están sólo
contigo.
Lucha
a mi lado en ésta noche,
así como
has luchado contra el diablo mismo y cada uno de sus aliados, aleja
el
temor de mi mente y
corazón, para que
la seguridad que me brindas, me permita construir una muralla que le
impida el paso al mal.
A
ti
milagroso Señor, hoy
me
dirijo desesperado, entregándote
mi
alma suplicando por tu intercesión, para
pedirte
una vez más, fortaleza y seguridad en tu luz divina, aun en
las madrugadas que no la puedo ver.
Que
el
silencio y las horas en las que todos duermen, sean sólo
una oportunidad para dirigirme tranquilo a ti, para agradecerte
todos y
cada uno
de tus hermosos milagros, y no más para sentir soledad,
tristeza y
temor.
Dios
celestial y misericordioso, que mi voz llegue a ti tan
pronto como el incienso sube al cielo, que tu corazón amoroso me perdone por mis
errores, y
me
encuentre merecedor de tus divinos favores.
Amén.
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