Oh¡
glorioso San Benito, modelo sublime de todas las virtudes, heme aquí
humildemente postrado ante ti, Implorando por tu corazón lleno de
amor, para que
intercedas por mí ante el trono divino de Dios.
Sálvame
de
todos los peligros que a diario me rodean, protégeme contra mis enemigos, y contra
el maligno en todas sus formas, e inspírame a imitarte en todas las cosas.
Líbrame
de
las banalidades
del
mundo, sé
mi
escudo contra la envidia, los malos deseos y el egoísmo, además
de
las distintas manifestaciones del mal en mi, provenientes
de
los demonios del inframundo que salen de la oscuridad a invadirnos.
Que tu bendición venerable San Benito, esté siempre conmigo, de modo que pueda notar todo lo que no agrada a Dios Padre, y evitar así la cercanía con el maligno, y los terribles demonios que lo obedecen.
Bondadoso San Benito, dulcemente te pido que me brindes tus gracias, para tener la facultad de vencer a los demonios que me ataquen, y alejarlos de mi vida cuando no sea capaz de vencerlos.
Destruye por favor los puentes malignos, que mis actos errados y la magia negra han construido hacia mí, y que los demonios usan cómodamente para alcanzarme, para dañarme y hacerme víctima de sus torturas y agresiones.
Cierra
las puertas espirituales que comunican mi vida con los planos negativos, en los
que las criaturas del inframundo residen, y traspasan gustosas al nuestro, para esparcir
su veneno y dudas en nosotros.
Consígueme
los favores y gracias que en esta oración te pido, y de
las cuales estoy tan necesitado, pues no soy capaz de vencer la influencia
demoníaca y sus manifestaciones, sin tu poderosa y bendita asistencia.
Te lo pido con plena confianza, pues nunca has despedido sin consuelo y favorable resolución, a cualquiera que recurre a ti desesperado y atacado por el mal.
Gracias majestuoso San Benito, por tu presencia, por la bendición y protección de tu poderosa cruz, y por el poder divino otorgado a ti, que siempre ocupas para sacarnos de las tinieblas.
Amén.
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