sábado, 19 de septiembre de 2020

ORACIÓN PARA ALEJAR EL MAL DE NUESTRO HOGAR (ESCRITA) | ORACIÓN ESPIRITUAL


En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.

Padre de infinita bondad, en quien confío y agradezco infinitamente por todo lo que soy y me rodea, te pido una vez más tu sagrada asistencia, para que mi casa y quienes aquí habitamos estemos protegidos de todo daño y mal.

No permitas que mi hogar se convierta en un lugar de pleitos y disputas por herencias y egolatría, ni se llene de carencias, deudas, lamentos y sufrimientos, que no sea jamás escenario de adulterio, perversión, sometimiento, manipulación e imposición.  

Padre santísimo, que en ti albergas infinita protección, amor, bondad, generosidad y perdón, te pido que alejes de esta casa, los sentimientos de odio, venganza, intolerancia y arrogancia, así como a las enfermedades graves y a los amantes de lo ajeno. 

Elimina también glorioso Señor, cualquier ser maligno o vestigio de negatividad, que se genera o presenta por los malos sentimientos de quien la construye, sus materiales y prácticas de brujería sobre sus cimientos.

Te ruego que en caso de haber en mi hogar algún espíritu atrapado, con tu luz divina sea liberado y continúe su camino, purifica este edificio en el que hábito para que su energía esté equilibrada, y sea de ahora en adelante un santuario y refugio, de paz, felicidad, tolerancia, entendimiento y respeto, libre de toda influencia, energía maligna y negativa.

Consagra mi casa bendito Señor, así como consagraste el pan y el vino, aliviando el sufrimiento de quien lo comía y bebía, para que sólo permita la entrada de la esperanza, la fe, armonía, abundancia  y perdón.

Corta y llévate lejos cualquier raíz del mal, que se haya clavado en esta casa y la tierra sobre la que se encuentra, para que no haya más bloqueos causados por ello, y logre prosperar en todo sentido.

Que si algún vecino intenta perjudicarme, al final decida no hacerlo, se aleje e incluso se mude, para que podamos vivir tranquilos quienes estamos cerca de ellos, que cada cuarto, sala, baño, cocina, corredor y rincón, quede impregnado con tu esencia y presencia, y así no se atreva a entrar el mal.  

De ahora en adelante bondadoso Señor, en éste recinto sólo serás bienvenido tu y cada uno de tus guerreros divinos, así como toda persona que te lleve en su corazón y pensamiento.

Te agradezco infinitamente Señor, por atender siempre mis plegarias, por tus bendiciones y protección para está casa y todos los que la habitamos, así como también para quienes nos visitan. 

Amén.  

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