viernes, 20 de noviembre de 2020

ORACIÓN DE INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (ESCRITA) | ORACIÓN ESPIRITUAL


 

Espíritu Santo, Huésped del alma, el Amor divino, el Consolador, a ti quiero acogerme a tu acción más íntima, a la que obras en el corazón, con tus mociones consoladoras, las que además de conceder alivio en la prueba, indican el camino por el que seguir hacia la meta que tenemos como horizonte, Dios mismo.

Ven, Espíritu Santo Consolador, ven con tu fuerza y con tu poder, que sin herir ni violentar, ofreces en la conciencia el susurro de lo que es bueno y mejor, para bien de cada persona y de la comunidad humana.

Ven, sobre todo, a lo más íntimo de nuestro ser, donde se experimenta la turbación, el sin sentido, la desesperanza, la tristeza, el desánimo, el dolor y las lágrimas secretas.

¡Son tantos los que lloran sin que los mire nadie! ¡Son tantos los heridos de la vida que se creen incurables! ¡Son tantos los que piensan que no tiene remedio su dolencia!

Ven, Espíritu Santo, Consolador, hazte luz para quienes todo lo ven oscuro; amor, para quienes se creen o están solos; fuerza, para quienes perciben la debilidad física y también en su espíritu.

Tú eres el mejor Abogado, defiéndenos de nosotros mismos, de nuestras melancolías y desesperanzas.

Tú nos sostienes, ¡Cómo revive el ánimo cuando Tú, Espíritu Santo, nos consuelas, nos alientas, e infundes en el corazón el hálito de vida y nos dejas oír tu insinuación confortadora!

Somos testigos de quienes se derrumban ante el dolor, pero también de quienes en la prueba no se arredran y son capaces de alentar a otros de manera generosa, gracias a que tú los sostienes. Riega la tierra en sequia, sana el corazón enfermo.

¡Ven, Espíritu Santo, Consolador! Sé tú, nuestro compañero de camino en estos tiempos tan recios, y haznos mediación de tu misericordia consoladora.

 

Que así sea, así se haga y así será


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