miércoles, 23 de diciembre de 2020

ORACIÓN A LA VIRGEN DESATA NUDOS (ESCRITA) | ORACIÓN ESPIRITUAL


 

Señora y Madre mía,

Virgen Santa María,

la que desata los nudos;

a tus pies me encuentro para consagrarme a ti.

 

Con filial afecto te ofrezco

en este día cuanto soy y cuanto tengo,

mis ojos, para mirarte;

mis oídos, para escucharte,

mi voz, para cantar tus alabanzas;

mi vida, para servirte;

mi corazón, para amarte.

 

Acepta Madre mía, el ofrecimiento que te hago

y colócame junto a tu corazón inmaculado.

Ya que soy todo tuyo, Madre de misericordia,

la que desata los nudos que aprisionan nuestro pobre corazón,

guárdame y protegedme como posesión tuya.

 

No permitas que me deje seducir por el maligno,

ni que mi corazón quede enredado en sus engaños.

Enséñame a aceptar los límites de mi condición humana,

sin olvidar que puedo superarme con la ayuda de la gracia

y que agradezca siempre a Dios por mi existencia.

  

Ilumíname para que no deseche al Creador por las criaturas,

ni me aparte del camino que él pensó para mí.

  

Santa María, llena de la presencia de Dios,

durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre,

y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.

 

Ya junto a tu hijo intercediste por nuestras dificultades,

y con toda sencillez y paciencia,

nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.

 

Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra,

pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.

 

Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,

tú que con corazón materno desatas los nudos

que entorpecen nuestra vida,

te pedimos que nos recibas en tus manos

(hacer la petición),

líbranos de las ataduras y confusiones

con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.

 

Por tu gracia, por tu intercesión,

con tu ejemplo, librarnos de todo mal,

Señora Nuestra, y desata los nudos

que impiden que nos unamos a Dios,

para que, libres de toda confusión y error,

lo hallemos en todas las cosas,

tengamos en el puestos nuestros corazones

y podamos servirle en nuestros hermanos.

 

Amén.


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