Nuestra Señora de los
Dolores,
te presento todas mi
necesidades,
angustias, tristezas,
miserias y sufrimientos.
Oh Madre de los dolores
y reina de los mártires,
que tanto sufriste al
ver a tu Hijo flagelado,
escarnecido y muerto
para salvarme,
acoge mis plegarias.
Madre amable,
concédeme una verdadera
contrición de mis pecados
y un sincero cambio de
vida.
Nuestra Señora de los
Dolores,
que estuviste presente
en el calvario de Nuestro Señor Jesucristo,
permanece también
presente en mis calvarios.
Te suplico esta gracia
de la que tanto necesito:
(Hacer petición)
Por piedad, oh abogada
de los pecadores,
no dejes de amparar mi
alma en aflicción
y en el combate
espiritual que estoy atravesando en todo momento.
Nuestra Señora de los
Dolores,
cuando los dolores y
los sufrimientos lleguen,
no me dejes que me
desanime.
Madre de los dolores,
envuélveme en tu
sagrado manto
y ayúdame a pasar por
el valle de lágrimas.
Permanece con nosotros
y danos tu auxilio,
para que podamos convertir
las luchas en victorias,
y los dolores en
alegrías.
Ruega por nosotros, oh
Madre,
porque no eres sólo la
Madre de los dolores,
sino también la Señora
de todas las gracias.
Nuestra Señora de los
Dolores,
fortaléceme en los
sufrimientos de la vida.
Amén.
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