Contemplo al señor que cuelga de la madera,
Porque ha sido obediente hasta la muerte de cruz,
El vino al mundo, no para hacer su voluntad,
Sino la del padre.
Frente a mi, el redentor prende de la cruz,
Despojado y desnudo,
Porque ha escogido la pobreza.
Del corazón abierto, brota la sangre del redentor,
Sangre capaz de extinguir las mismas llamas del infierno.
El ha vertido la sangre de su corazón,
Con el fin de ganar el mío.
La cruz es el camino que conduce de la tierra al cielo.
Si estamos unidos al señor,
Entonces somos miembros del cuerpo místico de Cristo.
Pies de Cristo en la cerrada urna del amanecer; una lluvia de lirios lívidos sobre ellos cae.
La playa desierta guarda sus huellas, y soporta ese pesado fuego de la frente, velando una modestia en la sombra.
Amén
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