Oh, Señor Dios, que me ves desde tu Altura,
concede a estas ganancias la clemencia de tu bendición
para que se mantengan y no se despilfarren.
Para que no sea yo estafado/a en mi confianza,
para que administre su caudal de la mejor manera
y para que me siga dando frutos cuando la invierta.
Amado Señor, bendice estos billetes
que salieron de mi esfuerzo y constancia,
que gané decentemente
y que serán alivio para mi mal pasar económico.
Oh, Señor, ¡que Todo lo puedes!
Bendíceme, para que al conservar mi trabajo pueda seguir contando con otros dineros que me permitirán avanzar en mi futuro.
Bríndame la posibilidad de alentarme en el camino
que recorro y que nunca tropiece con la piedra traicionera
que me haga tropezar.
Mis negocios son honestos y los quiero conservar.
Este dinero que te ofrezco está aquí esperando tu sagrada bendición, en la oración más sentida e incondicional que te ofrezco. Oh, Señor, ¡bendíceme hoy! Así sea.
Amén.
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