Padre Maravilloso, Protector de mi hogar,
vengo delante de ti para darte las gracias
por darme esta casa y esta familia.
Quiero dedicártela a ti, que sea un refugio
donde se refleje tu amor.
Dios mío bendice mi casa,
para que sea el hogar del amor y de la paz.
Bendice la puerta abierta como dos brazos
extendidos que dan la bienvenida.
Bendice las ventanas que dejan entrar el sol cada mañana
y por donde se asoman las estrellas que son luces de esperanza.
Bendice los muros que nos defienden del viento,
del frío y que son nuestros amigos en las horas que pasan.
Bendice nuestra mesa y los sitios de trabajo
para que nos ayudes y el lugar de reposo para que nos guardes.
Bendice nuestros pensamientos para que sean puros,
las palabras para que sean rectas,
nuestros actos para que nos conduzcan hacia ti.
Amén.
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