Padre Amado, en este momento clamo tu
presencia, con el fin de que me ayudes a
ser una magnífica persona y, sobre todo, a ser
uno de los mejores trabajadores en empresa.
Pues, tú sabes la situación en que se encuentra
mi hogar, por esto vengo a tu presencia,
porque tú eres el único que tiene
la misericordia y la paciencia.
Para concederme todo el amor,
y la armonía que necesita mi cuerpo
con el objetivo de seguir adelante.
Asimismo, también quiero que le
des el don de la piedad a mis jefes.
Así, puedan tener consideración con
el empleado, que lucha cada día, a fin de salir
triunfante en mi trabajo.
Porque yo sé que tú escuchas cada una de
las plegarias que a diario te entrego. Con el
fin de prosperar en el trabajo.
De este modo,
poder darle a mi familia un lugar digno de
tu presencia, Padre mío.
Amén.
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