Señor Dios, Padre mío, tú que eres el omnipotente, el rey de reyes, el señor de señores y el dios de dioses, te ruego con la mayor humildad que me des fuerzas mientras llevo mi cruz hoy.
Hay tantos desafíos, trabas, dudas, inseguridades y miedos en mi vida, que están agotando mis fuerzas, las cuales, no permiten que tenga la fuerza de voluntad para lograr mis propósitos o metas.
Te imploro Padre mío con toda humildad, que cuando esté demasiado débil, llévame; cuando esté cansado, dame descanso; cuando me caiga, levántame; cuando tenga hambre, aliméntame; y cuando tenga sed, sáciame, y, así, poder seguir tus designios.
Señor, ayúdame a aceptar cualquier cosa que se presente en mi camino como una oportunidad para verte obrar y como una oportunidad para indicar a otros tu camino.
Padre, arrodillado y derrotado ante ti, agradezco por amarme y escuchar esta plegaria que dirijo a ti respetuosamente.
Amen.
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