Oh gran Creador, a ti que desde los inicios nos bendijiste con los más preciados y divinos dones, hoy te damos las gracias, pues con ellos, nuestras manos y la libertad que nos ofreciste, somos capaces de subsistir sin preocupaciones.
Que esta enfermedad que me aqueja abandone mi cuerpo y me permita recuperar mi salud, y si ya no fuera posible, me ayude a mejorar lo suficiente para poner en orden mis asuntos y mi vida.
Te ruego que me tomes entre tus poderosas manos, pues necesito sentir el confort que solo el abrazo de un padre amoroso otorga, pues aunque no sea un padecimiento grave, la mejor medicina seguirá siendo tu amor, y si lo fuera, nada calmaría más mi tristeza, angustia y frustración, que tu presencia a mi lado.
Te lo pido bendito Creador, no me abandones ahora que más te necesito, y sigue llenándonos de tus más hermosos milagros, pues te amamos admiramos y respetamos, hoy y siempre por los siglos de los siglos.
Amén
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