Desde hoy y hasta que yo lo decida, no podrás estar en paz si no estás a mi lado, no podrás dormir si no es en mi cama, pues cuando te alejes de mí, sentirás que los vidrios cortan tu piel, que los alfileres atraviesan tu carne, que la pimienta te ciega, que tu gusto se vuelve amargo, y la intranquilidad te envuelve, hasta que estés de nuevo conmigo.
Ahora tu voluntad, tu cuerpo, tu mente y corazón me pertenecen, y me defenderás de todo y de todos, pues solo me reconocerás a mí como tu ser preciado y amado, y percibirás a los demás como invasores que no desean nuestra felicidad.
(Decimos el nombre completo de la persona a dominar), solo me creerás a mí, solo me obedecerás a mí, solo me desearas a mí, y cuando notes algo extraño, tu mente se confundirá hasta doblegarse, y vuelvas a sentir que lo único que vale la pena en el mundo soy yo, (decimos nuestro nombre completo).
Que así sea, así se haga y así será.
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