Oh, Amado Dios, Padre eterno, me presento ante ti con mi corazón lleno de muchos anhelos y emociones. Te pido con humildad y fe que me ayudes en este proceso de sanación.
Toma mis heridas Señor, las cicatrices que a veces me hacen sentir muy vulnerable y con dolor en mi alma. Ayúdame a sanarlas para poder vivir en paz y con serenidad.
Amado Dios, dame la fuerza para poder enfrentar todos mi miedos e inseguridades que me atormentan día a día. Tú sabes mi historia y todo lo que me dejo así, sé que lo voy superando poco a poco, por eso pido de tu ayuda para sanar tranquilamente.
Permíteme ver estas heridas no solo como sufrimiento, sino como oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Rodéame de amor y compasión, tanto de ti como de las personas que están a mi alrededor y que me aman a pesar de todo.
Que cada día pueda abrir mi corazón al perdón, tanto hacia mí mismo como hacia quienes me han lastimado. Libérame del rencor y de la tristeza, y lléname de esperanza y alegría.
Sáname Señor, que la herida que me hiere emocionalmente no afecte más mi sensibilidad, memoria, imaginación, voluntad, alma, cuerpo y ser. Líbrame de esta atadura, rompe esa cadena que no me deja vivir en paz para ser libre.
Querido Dios, sé que me ayudarás a sanar mis heridas emocionales con tu guía y amor. Gracias por escuchar está súplica y estar a mi lado en todo momento.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario