Oh, Amado San Francisco de Asís, modelo de paz y amor, me acerco a ti en busca de consuelo en este momento de angustia. Te reconozco como un faro de luz en medio de la oscuridad y un intercesor poderoso ante Dios.
Hoy te pido para que intercedas por mí y que me ayudes a encontrar la calma en mi corazón. Las preocupaciones y ansiedades que me abruman parecen incesantes, y es en Ti que deposito mi esperanza de alivio. Que tu espíritu de paz, que tanto anhelaste y promoviste, inunde mi ser y disipe las sombras que me rodean.
Te ruego que me guíes hacia la gratitud, para que pueda apreciar las bendiciones que aún hay en mi vida, incluso en medio de la angustia. Que cada día pueda reconocer la belleza de la creación y encontrar consuelo en los pequeños momentos de alegría.
Aleja de mí, San Francisco de Asís, toda angustia que perturbe mi tranquilidad, que pueda encontrar la serenidad en la oración y en la contemplación de la naturaleza, como Tú lo hiciste. Ayúdame a poder soltar todos mis temores y que pueda confiar en una solución.
San Francisco, tú que conociste el sufrimiento y la incertidumbre, ayúdame a enfrentar mis luchas con valentía y confianza. Que tu ejemplo de amor y servicio inspire en mí un deseo de vivir en paz con los demás y conmigo mismo.
Te agradezco, San Francisco, por tu amor y tu intercesión en este momento de necesidad. Confío en que, con tu ayuda, puedo encontrar la luz que disipa la oscuridad de mi angustia.
Amén.
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