Permite que, con este instrumento y su ahora celestial sonido, sea protegido mi ser, mi hogar, mi entorno y mis seres queridos, para que nada ni nadie que tenga malas intenciones, pueda entrar a mi casa o mi círculo social, laboral y amoroso.
Coloca misericordioso Señor, tu melodiosa voz en el sonido de esta (s) campana (s), para que al escucharla (s) sonar, también se sienta el confort de tu palabra, y así mi propia mente no me siga envenenando el alma, sino que se aclare para ver la realidad y asimilarla pacíficamente.
Llénala (s) también Dios bendito, del poder de tus manos sanadoras, para que, al recorrer nuestro ser físico, tu esencia nos ayude a combatir los dolores y enfermedades que nos impiden disfrutar de la vida.
Te lo ruego con toda mi fe en ti, profundamente agradecido por el regalo de la vida, y los milagros de los que nos haces parte a diario.
Amén.
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