Oh glorioso San Antonio de Padua, fiel servidor de Dios, gran milagroso intercesor y protector de aquellos que buscan consuelo y respuesta, vengo a ti con humildad y confianza para pedir tu poderosa intercesión en este momento de mi vida. Te imploro que me ayudes con tu gran poder, para que aquella persona que tanto deseo que me llame, lo haga prontamente.
Tú sabes como anhelo que esa persona se acerque a mí y me dé la oportunidad de compartir y hablar, de recibir su atención y escuchar sus palabras. Por eso, vengo a pedirte que con tu poderosa intercesión, hagas que esa persona me llame ya.
Te ruego, San Antonio, que ese ser querido o la persona que busco se vea impulsado por la voluntad divina a llamarme ya, a poner en su corazón el deseo de comunicarse conmigo y abrir un canal de diálogo.
Te pido que me ayudes, no solo a recibir la llamada que tanto deseo, sino también a que, al recibirla, todo se desarrolle en armonía, comprensión y paz, para que mi corazón se llene de gratitud y confianza en el poder divino. Que esta acción sea un signo de esperanza, de acercamiento y de un buen camino por recorrer.
San Antonio, tú que has sido un instrumento de la misericordia divina, te pido con todo mi corazón que intercedas ante el Señor para que se abran los caminos y mi llamada sea respondida.
San Antonio, gran santo milagroso, no me desampares en esta petición. Ayúdame a recibir la respuesta que mi corazón espera, y que tu intervención sea un signo claro de que Dios escucha mis súplicas y que, con tu ayuda, todo será posible.
Gracias por tu amor y compasión.
Amén.
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