Tú, que recorriste los hospitales y hogares de los necesitados, llevando consuelo a los que sufrían y alivio a los que lloraban, escucha mi súplica humilde y sincera. Te pido, bendito niño, que pongas tus santas manos sobre mí y sobre todos aquellos que padecen enfermedad, dolor o tristeza.
Santo Niño doctor, tú que sanaste sin bisturí ni medicina, tú que con una sonrisa y una oración devolvías la esperanza, haz que en mi cuerpo corra la salud, que en mi mente habite la serenidad, y que en mi espíritu florezca la paz.
Dame fuerzas para sobrellevar los momentos difíciles, fortalece mi fe cuando el cansancio me abrume, y no permitas que el miedo o la duda debiliten mi confianza en ti. Si es voluntad del padre celestial, concédeme la gracia de recuperar mi salud, para servir con amor, con gratitud y con alegría.
Santo Niño doctor, intercede ante nuestro Señor Jesucristo, por mí y por todos los enfermos del mundo.Pide por los médicos, enfermeras y cuidadores, para que sus manos sean instrumentos de la divina misericordia. Ilumina a quienes están tristes, abraza a los que se sienten solos, y lleva consuelo a los corazones que sufren.
Niño santo, pequeño gran médico del cielo, cura mis heridas visibles e invisibles, libérame de toda dolencia del cuerpo y del alma, y lléname de luz, amor y esperanza.
Prometo honrarte con fe viva y devoción sincera, llevar tu imagen en mi corazón, y difundir tu nombre bendito entre los que necesiten consuelo.
Santo Niño doctor de los enfermos, confiado dejo mi vida en tus manos milagrosas, pues sé que tú, con ternura y poder divino, serás mi médico, mi guía y mi protector.
Amén.

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