Amado Dios del amor eterno, energía divina que une los corazones, te invoco en este momento con toda mi fe y con la fuerza de mi alma. Te pido que ilumines mi camino y el corazón de (nombre de la persona) para que en este mismo instante, su pensamiento y su sentimiento se dirijan hacia mí.
Que cada cosa que vea, cada lugar al que vaya y cada palabra que escuche lo lleven a recordarme. Que donde esté, lo envuelva mi recuerdo. Que sienta el eco de mi voz, el calor de mi presencia y el vacío de mi ausencia.
Que su corazón se agite al pensar en mí, y que su mente no encuentre paz hasta buscarme, hablarme y tenerme cerca. Que mi imagen aparezca en sus sueños, en su mente y en su corazón como una dulce necesidad que solo se calma al volver a mí.
Oh Amado Dios, Que (nombre de la persona) sienta que su vida no tiene sentido sin mi presencia, y que sus pasos lo conduzcan directamente hacia mí, con el corazón abierto y sincero. Que me busque con ansiedad, con amor, con la urgencia de quien ha comprendido que su felicidad está conmigo.
Ayúdame Señor, que todo malentendido sea disuelto, y que todo alejamiento se transforme en deseo, cariño y reconciliación. Que me busque con amor, con la urgencia de quien ha comprendido que su felicidad está conmigo.
Yo confío, yo decreto y yo agradezco, porque sé que esta oración ya está obrando en el corazón de (nombre de la persona).
Que así sea, así es y así será. Amén.
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