Glorioso San Miguel Arcángel, príncipe de la milicia celestial, defensor del bien y vencedor de las tinieblas, hoy me acerco a ti con fe viva y corazón humilde. Tú que has sido enviado por Dios para protegernos de las asechanzas del enemigo, escucha mi súplica y extiende tu espada de luz sobre mí y sobre todo lo que me rodea.
San Miguel Arcángel, intercede ante el Altísimo y corta con tu poder celestial toda cadena de brujería, maldad, hechicería y desesperación que haya sido enviada contra mí. Que tu fuego divino destruya toda obra de oscuridad, todo pensamiento de angustia, toda atadura espiritual que busque oprimir mi alma y robar mi paz.
Con tu protección invencible, rompe las trampas y lazos del enemigo, haz pedazos las obras ocultas y devuelve a la nada los conjuros y maldiciones que me quieran hacer daño. Envuelve mi mente, mi cuerpo y mi espíritu con tu escudo de luz, y lléname de la paz, la serenidad y la fortaleza que solo vienen de Dios.
San Miguel Arcángel, poderoso guerrero del Cielo, en nombre de Jesús y con la gracia del Espíritu Santo, clava tu espada ardiente sobre toda sombra de desesperación que me quiera dominar. Que la sangre de Cristo me cubra, me limpie y me libere, y que ningún poder del mal pueda prevalecer sobre mí.
Te pido, San Miguel, que me conduzcas por el camino de la fe, la esperanza y el amor, que guardes mis pasos, mi hogar y a mis seres queridos. Que con tu intercesión se rompan todas las ataduras visibles e invisibles, y que mi vida quede sellada bajo la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario