Oh glorioso San Valentín, bendito protector del amor puro, tú que conoces la fuerza del cariño sincero y la belleza del corazón que ama sin condiciones, vengo a ti con fe, esperanza y gratitud.
Te pido que toques mi corazón con tu luz divina, que sanes en mí toda herida del pasado, todo temor a amar, y todo dolor que me impida abrirme al amor incondicional. Límpiame de la desconfianza, del orgullo y del apego.
San Valentín bendito, te pido que atraigas hacia mi vida a una persona que vibre en armonía con mi alma, que me ame con respeto, ternura y verdad, y que juntos construyamos un amor limpio, libre y eterno.
Si ya hay alguien destinado para mí, permite que nuestros caminos se encuentren en el momento perfecto, que nuestras almas se reconozcan y que nuestra unión sea guiada por la voluntad divina. Y si aún no ha llegado, dame paciencia y serenidad para crecer, sanar y prepararme.
Te pido, San Valentín, que me enseñes a amar sin miedo, a dar sin esperar, a perdonar sin rencor, y a mantener viva la llama del cariño más allá del tiempo y la distancia.
San Valentín, bendíceme con la dicha del amor incondicional, de ese amor que no hiere, no exige, no teme, sino que simplemente es porque nace del alma y está bendecido por Dios.
Así sea, así es y así será.
Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario