En este
mismo instante, estoy centrado en la presencia de una paz pura. Conscientemente
me alineo con la paz del Universo.
Estoy tranquilo, estoy alerta, estoy abierto
a lo que hay que hacer,
soy
consciente de que mis pensamientos crean mi vida.
Por tanto, yo mantengo mis
pensamientos centrados sólo en lo que quiero experimentar.
Los enfoco en lo más
alto, lo más bello y lo mejor para mí y para los demás; soy transformado
mediante la renovación de mi mente.
Yo
elijo vivir una vida equilibrada, estoy consciente de que pensar y actuar son
aspectos importantes en la manifestación.
Actúo de forma apropiada cuando la
acción se requiere, y estoy relajado y tranquilo cuando las situaciones
requieren esa respuesta mía.
Yo sé
que el Espíritu fluye a través de mí de una manera amorosa, amable y
beneficiosa para otorgar sus beneficios a todos los que lo necesitan.
La bondad
pone de manifiesto la totalidad de la vida que se revela en formas radiantes a
través de los innumerables actos que llevo a cabo; yo soy un conducto de la
amabilidad.
Doy gracias por los dones que poseo y quiero verlos manifestados en
mi y a donde quiera que voy.
Así sea.
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